Escribe: Néstor Roque Solís (*)
El día de ayer la Fiscalía de la Provincia de Cañete acuso con pena de cárcel al inculpado Javier Alvarado por robo millonario (peculado) a la Municipalidad Distrital de Lunahuaná, por lo que en los próximos días estará sentado en el banquillo de los acusados, gracias al esfuerzo del Colectivo de Lucha Anticorrupción de la Región Lima que tuvo la misión de enfrentar al corrupto más avezados, como es el caso del aún presidente del Gobierno Regional de Lima Javier Alvarado Gonzales del Valle.
En ese sentido, el Colectivo de Lucha Anticorrupción de la región Lima ha logrado que los Fiscales del Ministerio Público de Cañete actúen frente a estos graves delitos de corrupción del actual Presidente del Gobierno Regional de Lima. Igual, firmeza jurídica ha tenido el doctor Armando Azañedo Coordinador Regional de la Procuraduría de Cañete.
En la hermana provincia, los plazos ya se han cumplido para el imputado Javier Alvarado, y el penoso caso de lentitud y signos de entorpecer el debido proceso por parte de los fiscales Elizabeth Vadillo y Lita Sánchez de Cañete ha llegado a su fin.
La acusación fiscal contra Javier Alvarado ha producido convulsiones en el dictador regional y a su abogado y gerente regional Luis Fernández Estrella que ha difamado y amenazado al Colectivo Anticorrupción tratándonos de “corruptos y terroristas”, aseveraciones que, si le queda algo de hombría, tendrá que demostrar en los tribunales.
Debemos decir que el enano y semejante individuo no tiene ninguna autoridad moral para endilgar calificativos a nadie, porque es parte de la gavilla de corruptos que dirige el actual Presidente del Gobierno Regional de Lima. Como asesor y gerente, el fronterizo y bipolar Luis Fernández Estrella ha acompañado las fechorías de Javier Alvarado en el saqueo de las municipalidades de Lunahuaná y Cañete así como ahora en la región Lima.
Como buen cruzado del Opus Dei y egresado de la escuela fujimontesinista, Javier Alvarado sabe que los medios de comunicación constituyen una monstruosa maquinaria infiltrada en cada capítulo de nuestras vidas. La prensa, radio y televisión generan convicciones, certezas, modelos estéticos, éticos y –por supuesto- de poder político, por eso viene comprando programas de televisión, radio y prensa para convertirlos en vientres de alquiler de su campaña política corrupta.
El dictador regional al mismo estilo del ex dictador Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos pretende parametrar medios y en otros casos comprar la línea editorial de los medios de comunicación y hacer negociados sucios con sus propietarios, igual como lo hacía Vladimiro Montesinos en la sala del Servicio Inteligencia Nacional (SIN), que fue el más vil comportamiento mediático que controlaba el asesor presidencial en la década de los 90 con los principales medios de comunicación nacional. Igual o peor negociado está haciendo el inculpado Javier Alvarado con la prensa escrita, radial y audiovisual de cobertura nacional.
Por ahora el corrupto gobernante regional ya tiene conquistado el 90% de los medios de cobertura regional y nacional. Otros empresarios y directores de programas de la televisión, radio y prensa con frondoso rabo de paja ya están en la antesala de espera para el negociado y ponerse a disposición del dictador regional. Ya algunos hablan y escriben con una pepa en la garganta para hacer todo el esfuerzo de no hablar contra el patrón que compra conciencias, después que dijera en campaña electoral: ¡Ni un sol para la prensa mercenaria!
El dictador también busca tener todo el poder económico con las grandes empresas mineras, industriales y pesqueras de la región, por eso, no los toca cuando contaminan las cuencas hidrográficas de la región Lima.
El dictador regional quiere a su lado el poder fáctico de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, por eso su operador político el ex comandante PNP Gilbert Soto hace lobbies en El Potao y otras Instalaciones policiacas para abrir el camino para el astuto roedor del sur, como en los peores tiempos del fujimorismo asesino y ladrón: dime con quién andas y te diré quién eres.
Igual lo hizo el Chacal del Mapocho, Augusto Pinochet cuando a mediados de los años 80 llenó de pleitesía y estampó un beso con de telaraña en la mano del Santo Padre en su visita a Chile.
El dictador regional es muy cercano al Opus Dei y a las borlas granates de monseñor Luis Cipriani, la secta fascista de la Iglesia Católica. Igual bendición busca utilizar Javier Alvarado con la Iglesia en el país. Menos mal que Satanás lo tiene bien sujeto con su trinche.
El dictador no quiere oposición de funcionarios y trabajadores de la región, por eso ha despedido a muchos trabajadores de la gestión anterior. Solo quedan algunos por estabilidad y otros que solo agachan la cabeza diciendo chicheñó. El dictador de la región Lima y sus cómplices persiguen a los trabajadores por sus ideas o simplemente por haber nacido en Paramonga, Huacho y Huaral, a quienes califica como “medio terrucos”.
Finalmente por ahora el dictador ha conquistado también la mayoría de consejeros regionales, pobres y tristes tránsfugas de la política que le dan mayoría absoluta para hacer lo que se le viene en gana en la región.
Los siervos del dictador están de placémenes recibiendo títulos gratuitos de Hijos Ilustres de la deshonestidad y la política de la vendetta que afecta la esencia de nuestra democracia.
Lo que el dictador no sabe es que los ciudadanos de la región no están ciegos, sordos ni mudos para no ver, escuchar y hablar de la verdadera realidad regional. Así de sucio trabaja Javier Alvarado como gobernante y político, no tiene escrúpulos para mentir y engañar a los habitantes de los distritos y provincias de la región.
Javier Alvarado como astuto populista sabe que debe comprar medios, para adoctrinar conciencias. Comenzó copando los medios de comunicación de Lima y el Callao, ahora quiere a todos los medios de la región Lima y finalmente con los millones de soles en cartera de la corrupción pretenderá copar los medios de cobertura nacional, si los jueces de la Corte de Justicia de Cañete pasan por alto el robo millonario a las arcas de la municipalidad distrital de Lunahuaná por el inculpado Javier Alvarado en el año 2002.
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